La experiencia psicoanalítica no tiene otro fundamento que la palabra y el lenguaje: la palabra como función y el lenguaje como campo del sujeto.
Este será el centro de “Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis”, de 1953, conocido también como el “Discurso de Roma”.
Leído públicamente por su autor, el texto es una intervención que marca la ruptura de Lacan y otros analistas con la Sociedad Psicoanalítica de París, a la que acusa de haberse desviado de la enseñanza de Freud.
El objetivo, entonces, de allí en más, será retomar el descubrimiento freudiano.
El título de este trabajo nos convoca a una guía y a una toma de posición de Lacan es aquellos tiempos tan particulares, que sin embargo no dejan de resonar en las políticas institucionales y en las formas en que se transmite el psicoanálisis en la actualidad.
Lacan afirma allí que la técnica no puede ser correctamente aplicada si se desconocen los conceptos que la fundan, y por eso interroga la posición y la función del analista en la experiencia psicoanalítica.
En el texto se basa en tres ejes:
– Palabra vacía y palabra plena en la realización psicoanalítica del sujeto.
– Símbolo y lenguaje como estructura y límite del campo psicoanalítico.
– Las resonancias de la interpretación y el tiempo del sujeto en la técnica psicoanalítica.
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