Para Freud, toda cultura descansa en la compulsión al trabajo y la renuncia de lo pulsional.

La gran paradoja que señala en El malestar en la cultura es que si bien esa renuncia es la condición necesaria para la existencia de la sociedad, al mismo tiempo trae como consecuencia la oposición de los seres humanos a la cultura y por ende constantes problemas sociales.

Nadie está contento con las leyes que lo gobiernan, por más que estas leyes sean lo que permite algún tipo de convivencia con los otros.

¿Cómo preservar, entonces, la cultura?” es la pregunta que permite agrupar la serie de ensayos freudianos inaugurada por “Tótem y tabú”.

Dentro de esta serie, y publicado en 1927, “El porvenir de una ilusión” ilumina la unión entre la religión y la cultura.

  • ¿Qué función tienen las representaciones religiosas dentro del patrimonio cultural?
  • ¿Cómo se juega en la cultura su capacidad de establecer preceptos y prohibiciones?
  • ¿Qué respuesta da la religión al desvalimiento , la añoranza al padre y la necesidad de protección?

Este texto, que se ofrece una lectura sociológica o antropológica, es sin embargo fundamental para pensar problemáticas de la clínica:

  • ¿Cuál es el lugar de la religión en la subjetividad?
  • ¿Qué implica la oposición del sujeto a la Ley y a las instituciones?
  • ¿Puede la religión ofrecer una regulación a la pulsión de muerte?
  • ¿Tiene la religión algún aspecto positivo o simplemente anula la posibilidad de preguntarse, ya que «Dios lo quiso así»?

Recorrámoslo juntos.

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